IV Edición

Viajes

Beatriz Fdez Moya, 15 años

                 Colegio Entreolivos (Sevilla)  

Lejano Oeste, Antigua Roma, Ártico, África, Nueva York, Venecia, Egipto faraónico... Son algunos de los destinos a los que soñamos viajar, inalcanzables si no tienes un buen fajo de billetes. Sin embargo, estos lugares de ensueño están al alcance de la mano y por muchos menos euros de los que cabría imaginar. No te miento. Lo único que tienes que hacer es acercarte a la agencia de viajes de la lectura. Encontraras ofertas de una amplia gama de precios, adecuados a todo tipo de bolsillo: con butaca de primera o tercera clase pero siempre con los mejores acompañantes. Los único que exigen estos viajes es valentía para llegar al final y que incluyas en tu maleta el arma poderosa de la imaginación.

Quizás porque hay gente que está hueca por dentro con tanta tecnología y tanta máquina, la lectura es una afición para pocos. Sobrevolar las palabras impresas en una pagina sin enterarte de nada es una realidad para los que carecen de imaginación, por lo que renuncian gustosamente al deleite de leer, que requiere esfuerzo. Y es que buena parte de la sociedad tan solo realiza aquello que no le supone ninguna complicación. Pulsar el botón de encendido de la tele y mirar las imágenes que aparecen en pantalla es fácil, pero concentrarse en la lectura de un libro ya no es tan sencillo.

Durante los años de colegio la lectura es odiada por algunos alumnos. Cada curso son obligados a masticar obras literarias por las que no sienten interés y que no pertenecen a nuestra época. Los personajes son ajenos, no comparten sus problemas ni sus mismas preocupaciones. Para el adolescente al que tan sólo le interesa lo que ocurre aquí y ahora, leer clásicos es un verdadero castigo. Y si lo único que les ofrecen a leer no les gusta, acabarán por no leer nada.

Pero doy la enhorabuena a todos aquellos que han descubierto el placer de la lectura. Les animo a que compartan su experiencia con aquellos que son “algo duros de mollera”.