IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Vivir para comer o
comer para vivir

María Muro, 17 años

                  Colegio Aura (Tarragona)  

Esta pregunta esconde una de las mayores preocupaciones del siglo XXI. Desde hace décadas el mundo está dividido en dos grandes bloques: el de los países desarrollados y el de los países en vías de desarrollo. Esta división hace referencia a los países del hemisferio norte, con más recursos económicos, y a los países del hemisferio sur, que han sido y siguen siendo un granero para los países ricos.

En los países en vías de  desarrollo la gente come para vivir. Pero este “comer” equivale a lo que para nosotros sería un pobre aperitivo. La mayoría de las personas no puede permitirse más que un trozo de pan al día, un poco de arroz o algún que otro cereal sustitutivo. Es difícil hacernos a la idea de lo que supone el hambre, por más que lo hayamos visto por televisión.  

En los países desarrollados, las personas vivimos para comer. En muchas ocasiones comemos por gula, cuando nos aburrimos o por motivos de fiesta. Cualquier excusa es buena para disfrutar de un buen bocado. Muchas veces las sobras acaban en la basura. No nos damos cuenta de lo afortunados que somos.

Paradójico, ¿verdad? Aunque existen decenas de organizaciones dispuestas a ayudar a la gente necesitada, ni siquiera todas ellas juntas pueden solucionar el problema.