VIII Edición

Curso 2011 - 2012

Alejandro Quintana

Y me besó

Nuria Busutil, 14 años

                Colegio IALE (Valencia)  

Sí, llevaba mucho tiempo habla que te habla con él. Reconozco que me gusta... ¡Me gusta mucho! aunque hasta hoy nunca lo haya admitido. Tenía miedo, terror a decirle lo mucho que me gustaba, ¿Que por qué?... Porque era imposible que sus sentimientos hacia mi fuesen los mismos, y no quería que por eso dejásemos de hablar.

Cada mañana me despertaba con el ‘tilín’ de mi móvil cuando llegaba un mensaje de él. <<Buenos días, pequeña>> me saludaba siempre, seguido de un emoticono de sonrisa.

Éramos muy amigos. Me contaba cosas que, según él, no le había revelado nunca a nadie, pero había un gran problema… Nunca me dirigía la palabra a la cara. Yo creo que le avergonzaba que la gente del instituto me viera hablando con él. Parecía la típica película del chico futbolista, y la “friki” de la clase, historia que nadie creería ya que solo ocurre en las películas. Pero así era: yo era la rara de la clase, sacaba matrículas de honor y no me relacionaba con nadie. Y él… Era guapo y listo, el capitán del equipo de fútbol del instituto. Pero lo importante no es cómo somos sino nuestra relación.

Un día me armé de valor y le pregunté:

-¿Por qué en el instituto no me diriges la palabra? ¿Te da vergüenza que la gente te vea hablando conmigo?

-¿Vergüenza? ¡No! Lo que piensen los demás a mí no me importa.

En ese momento rompí a llorar. No entendía, entonces, cuál era su problema respecto a mí.

Al día siguiente ni me miró al pasar junto a mi taquilla, como hacia normalmente. Todo era por mi culpa. ¿Por qué narices había tenido que preguntárselo?

Estábamos comiendo cuando, de improviso, alguien pegó un grito en mitad del comedor. Era él. Todo el mundo le miró en un expectante silencio. Sin pensárselo dos veces me buscó por las mesas, me encontró, se dirigió hacia mí, me miró fijamente y me dijo:

-Te quiero, Blanca.

En ese mismo instante, me besó.