XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

Y si...

Sofía Chapa, 16 años

                 Colegio Ayalde (Bilbao)  

Después de terminar un trabajo de Historia sobre la Segunda Guerra Mundial, comencé a hacerme preguntas. No eran dudas que pueda exponer a mi profesora para que me ayude a resolverlas. Aunque es una mujer llena de conocimientos, no creo que sepa mucho de las consecuencias de la casualidad ni del por qué del destino.

Una de mis relfexiones me hizo darme cuenta de la importancia que tienen los acontecimientos en los que ni siquiera reparamos. Por ejemplo, Winston Churchill ganó el Premio Nobel de Literatura en 1953. ¿Qué hubiese pasado si no hubiese tenido ese don literario para redactar discursos? ¿Habría sido capaz de convencer, ilusionar y animar a los británicos frente a los ataques del Eje, frente a los bombardeos alemanes sobre Londres? ¿Habría ayudado a que los soldados que se desangraban por su país encontraran una razón para su sufrimiento? ¿Habría contagiado al ejército para que superara los horrores de las trincheras, para que pelearan en calles, playas, colinas, para que no se rindieran? Sin su oratoria no se hubiera levantado la moral de su pueblo, y el mundo viviría un presente muy diferente.

¿Y si Anna Frank no hubiera documentado el día a día en aquel escondite? ¿Y si en vez de escribir sobre las hojas en blanco de la libreta de su padre para plasmar sus pensamientos, la hubiera utilizado para distraerse al hacer algún que otro garabato? Entonces las alegrías, las penas, las sorpresas, los miedos, las inseguridades y las demás vivencias de su corta vida serían completamente desconocidas, y, además, estarían olvidadas en el anonimato de una víctima más del horror.

Cada pequeña decisión que tomamos puede tener una importancia trascendental. De hecho, son esas insignificantes elecciones las que, poco a poco, van edificando nuestro futuro y, tal vez, el de millones de personas. 

Toda vida está compuesta por infinitos <<y si…>> que pueden cambiar el curso de la Historia. Considerarlos y preguntarnos por lo que hubiese pasado de no haber ocurrido, nos da la oportunidad de valorar lo que tenemos y de agradecer las decisiones que hemos tomado.