XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

Ya nunca sucederá

Amaya Senciales, 15 años

                  Colegio Sierra Blanca (Málaga)  

A través de los ojos puede verte. Puede ver tu mirada seria, indiferente, taciturna; la de una persona que está acostumbrada a esto… Con un grito autoritario (<<¡Manos arriba!>>) la gente se pone en cuclillas, asustada, y alza las manos, obedeciendo. Mientras, tú abres una mochila e introduces en ella todo el dinero de la caja. Están demasiado aterrorizados para reaccionar, sólo observan con impotencia. Has hecho esto cientos de veces -tu padre te enseñó-. Enseguida saldrás huyendo; nada más se sabrá de ti.

Sólo que ese hombre que te está observando no es un cualquiera. Tiene sueños que planea cumplir con los ahorros del negocio, que le estás robando. Entonces, en un momento de furia repentina, te empuja y te arrebata la bolsa. Es muy fácil, un disparo. El individuo cae como una marioneta a la que le han cortado los hilos.

Lo que tú no sabes es que tras esos ojos que has apagado, me encuentro yo. Soy una sonrisa que ya nunca se esbozará, un lienzo mudo o quizás, un libro sin escribir, un discurso sin pronunciar… Soy una idea inacabada. Me retuerzo en mí misma, me asusto porque, ¿adónde van las ideas cuando mueren?... No quiero desaparecer en un océano de olvido.

Te quedas contemplándole durante largo rato y sientes un giro de ciento ochenta grados en esta movida: nunca habías matado a nadie. Llevas la pistola para asustar. Además, conoces al dueño de ese local: nunca habéis hablado directamente, pero te cae bien, te sonríe cada vez que os veis.

Con el corazón encogido recoges la mochila con el dinero y, antes de perderte en la sombra de la agonía que te acabará consumiendo, piensas que te hubiera gustado tenerlo como amigo.

Ahora me doy cuenta: soy la idea de una amistad que nunca sucederá.