IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

A primera vista

Rafa Busutil, 14 años

                  Colegio Iale (Valencia)  

Es el rincón más agradable de mi casa. Cuando el invierno desaparece, la naturaleza y el buen tiempo nos invitan a trasladar toda la vida familiar a la terraza. Y fiel a su cita anual, una rata de campo anida en la enredadera que tapiza la valla del jardín.

Al principio, aquel animal causaba el natural rechazo de todos, pero nos hemos ido acostumbrando a su presencia hasta convertirla en una compañía indispensable. Siempre me he preguntado por la razón de la innata aversión a este tipo de roedores que sufrimos los humanos, así como por la paradójica simpatía que casi todos manifestamos hacia su primas hermanas, las ardilla. Cuando vi “Malditos Bastardos” me llegó esta cuestión a la mente. Es una película de no muy buena calidad cinematográfica, según la crítica especializada, pero que tiene escondido un matiz interesante: el peligro de dejarnos llevar por la impresión a primera vista.

Después de reflexionar sobre esta idea, pensé que nos ocurre muchas veces en nuestra vida cotidiana: juzgamos a primera vista a las personas que conocemos, la ropa, los lugares que visitamos… Solemos elaborar una primera idea superficial, basada en lo instantáneo que perciben nuestros sentidos, que no siempre tiene que responder a la realidad. Observando más a fondo se pueden descubrir datos que logran cambiarnos de opinión.

Es habitual que nos atraiga la gente guapa, aunque después, al conocerla, pueda llegar a disgustarnos, porque lo primero que lo que nos fijamos es el aspecto físico, los sonidos, los olores… Pero lo que de verdad importa es la belleza interior, la personalidad de cada individuo, el equilibrio, la apuesta por la verdad y el compromiso.

Solo si damos tiempo a las cosas para que se manifiesten tal y como realmente son; solo dándonos tiempo a nosotros mismos, evitando juicios precipitados, podremos descubrir lo que de verdad importa: cómo son las cosas en realidad.