IX Edición
Curso 2012 - 2013
Amigo por excelencia
Belén Sanz, 16 años
Colegio Senara (Madrid)
Él es un amigo de verdad, que desde hace tiempo reclama la compañía de alguien, para confiarle sus secretos. A veces susurra. Muy pocas, habla. Pero, sobre todo, canta.
No sabe ya cómo pedir que alguien digno le coja, le acurruque entre sus brazos con cariño y saque de él lo mejor, porque al fin y al cabo este último objetivo lo debería perseguir toda persona que se considere amiga de otra.
Sin embargo, nadie responde a su llamada.
Hace tiempo fue fabricado por un maestro, un genio, un profesional del arte que embelleció el material tan fino y delicado que recubre su alma mediante un tallado de las aberturas por las que respira, con tanta paciencia...Se dedicó a observarle durante largos periodos de tiempo, a pensar cómo conseguir que aquel momento en el que quisiera gritar al mundo sus inquietudes, pudiese ser escuchado con el mayor deleite. Temiendo que pudiesen hacerle daño unas manos equivocadas, firmó en su costado, por si algún día necesitaba reprocharle el mal que había hecho en fabricar cada parte de su cuerpo.
Nadie le coge. Nadie se atreve a levantar esa escultura de madera, esa delicadeza que se siente tan sola y triste por no hacer lo que más ama: susurrar al oído de cualquiera la armonía de la vida.
<<Amigo mío, he intentado comunicarte mis penas. Te he contado todos mis secretos, pero hay veces que no sé qué más decir. Simplemente, me quedo en blanco porque quizás no soy esa persona que tanto anhelas y te estoy haciendo perder el tiempo<<.
Quisiera, si me lo permites, empezar de nuevo y presentarme como hice hace nueve años, cuando actuando inconscientemente por la inocencia de la infancia, pude mirar las cosas a tu lado “desde otro punto de vista”, como añadiría mi madre, de la que tanto aprendo<<.
Así que me gustaría ofrecerte una nueva forma de vivir, en la que prometo intentaré demostrarte que ambos podemos elaborar esa armonía que tanto te gusta y llevas buscando desde hace siglos. Tan solo concédeme una oportunidad más para frotar ese ligero arco sobre tu pecho, para que, de nuevo, recobres la vida>>.