XIX Edición

Curso 2022 - 2023

Alejandro Quintana

Ante lo desconocido 

 Ainhoa Estévez, 15 años

Colegio Altozano (Alicante)

Para algunas personas, los cambios resultan complicados. Cambiar de barrio, de colegio, de amistades… puede hacerse muy difícil, aunque son las personas que dejan su país (y a buena parte de su familia) para empezar una nueva vida en otro lugar, quienes más sufren los cambios. No es solo abandonar la tierras en donde nacieron y se criaron, es cortar con las raíces, los días pasados, las experiencias, los sueños, los paisajes, los lugares acostumbrados… y tantos seres queridos. 

Quienes se marchan, parten con el temor a que no puedan regresar, lo que se me antoja una angustia insuperable, sobre todo si tuvieron que despedirse de sus hijos, padres, tíos, abuelos… Y pensar que yo, que soy madrileña y vivo en Alicante, echo de menos pasear por las calles de Valdemoro… ¡Y eso que solo he tenido que cambiar de provincia y ciudad!

He podido hablar con muchos emigrantes, que sienten el recelo de los españoles por tener un físico, un acento o una lengua diferentes. A su vez, les resulta complicado familiarizarse con su nuevo destino, a causa de la extrañeza hacia la cultura y las costumbres. Y todo se les dificulta más si les ponen <<etiquetas>> dependiendo de la situación social, económica y política en la que se encuentre su patria.  

Mi padre, que es argentino, no hay día que no extrañe pasear por las calles de Buenos Aires, hablando y riendo con sus amigos y familiares. En muchas ocasiones nos habla acerca de las diferencias entre su país y el nuestro. En Argentina, por ejemplo, celebran el día de la Pachamama, reminiscencia de los dioses paganos, en donde se le da gracias a la Madre Tierra por las cosechas, los ganados y el buen tiempo. 

Sé que le encantaría volver, aunque sea por última vez.