IX Edición
Curso 2012 - 2013
De color rosa
Fernanda Romero-Valdespino, 16 años
Escuela Zalima
Era una tarde calurosa en un pequeño pueblo, a finales de agosto. Susana estaba terriblemente aburrida. Veraneaba allí con su familia desde hacía tiempo, había muchos niños, pero para esas fechas ya se habían vuelto a la ciudad.
Decidió al fin salir a dar una vuelta en bicicleta. Pasó por la plaza, por la tienda de ultramarinos, por la iglesia… Dio un largo paseo hasta llegar a una vieja casa. Una señora que cosía en la puerta la miró y le pidió que se acercara.
-Niña -le dijo-, ¿quieres ganarte unas pesetillas?
-Ya no se usan las pesetas, señora –respondió Susana-, pero le ayudaré en lo que quiera.
-Muchas gracias… Entonces, ve a la tienda y cómprame hilo. Cuando vuelvas, te recompensaré.
Al regresar de la tienda, la anciana tenía a su lado una caja de madera pintada en rosa. Se la entregó a Susana.
-Pídele lo que quieras y te lo concederá -le dijo-. Pero, te lo advierto, es muy orgullosa y siempre deja su firma en todo lo que hace.
La caja era pequeña y vieja. Estaba tallada con un complicado grabado de flores en la tapa. En el centro tenía una inscripción: <<Piensa en rosa>>.
Susana la llevó a casa, poco convencida. Una vez dentro, se acomodó en el sofá y encendió la tele. No había nada interesante que ver.
-Ojalá mis amigos estuviesen aquí para jugar conmigo -suspiró.
En ese momento, la caja empezó a flotar en el aire, dando vueltas por la habitación. Susana, asustada, retrocedió hasta chocar contra el brazo del sofá. En un instante, tan rápido como había empezado, acabó e prodigio y la caja cayó sobre el sofá.
Unos momentos después, escuchó unos coches fuera. Corrió a la ventana. No podía ser cierto… ¡Sus amigos estaban allí! Luisa y Marta jugaba con hula-hops; Juan, Martín, José Manuel y Carlos organizaban una partida de canicas; Pedro y Lucía corrían detrás de una pelota...
Pero había algo extraño; los coches, los juguetes e incluso la ropa y los zapatos de sus amigos eran… ¡de color rosa!