XII Edición

Diamante en bruto

Rocío Buenaventura, 16 años

                 Colegio Montealto (Madrid)    

Acontece que el hombre le da la vuelta al mundo para buscar lo que le hace falta… Regresa a casa y ahí lo encuentra.

Cimiento de la sociedad, que contribuye a hacerla sostenible; zapatos de todo hombre, que lleva a donde quiera que va; abono primaveral, que permite la germinación de las flores más bonitas; papel en blanco, donde todo cabe… Así se podría definir la familia, la base de la mayoría de las cosas que conocemos.

Es también un lugar recogido, donde cada uno de sus miembros se convierte en protagonista. La familia es símbolo de unidad, constituida por muchas piezas de todos los tamaños y colores, donde la pérdida de una pieza hace tambalear la estructura completa. Asimismo, es el refugio de los caídos, y el trampolín de los que parten.

Todo hay que decirlo: una familia no es solo la imagen bonita, bien iluminada, que aparece en los anuncios de videojuegos o Disney. Es como una de esas rosas de pétalos rojos, brillantes, que en los amaneceres de abril aparecen recubiertos de rocío. Y al igual que todas las rosas tiene espinas, que nos hacen daño, y si vamos a por ellas, acabamos sangrando de una forma u otra.

La familia es un diamante en bruto, que no hemos de desechar por su falta de brillo, sino que debemos pulir entre todos, para así obtener una joya única.