IX Edición
Curso 2012 - 2013
El cuaderno de viajes
Ramiro Angulo, 15 años
Colegio Mulhacén (Granada)
Simón era un niño enfermo. Sus padres lo habían llevado al mejor hospital de Liverpool, el Santa Paula. Ellos apenas no podían verle, porque vivían en San Francisco. Así que tan sólo pudieron asegurarse de que recibiría los mejores tratamientos. Por desgracia, el caso de Simón era especial, muy especial. Debía permanecer todo el día tumbado en su habitación, atado a las máquinas que lo mantenían vivo. Pese a todo, era feliz. Tenía un buen lugar donde refugiarse de aquellos problemas: Los sueños.
Deseaba que llegaran las diez de la noche para poder viajar. “Viajar”, así es como llamaba a sus sueños. Su enfermera, Tiffany, lo quería mucho. Cada mañana, cuando ella le llevaba el desayuno, Simón le contaba en dónde había estado aquella noche. Era maravilloso... Le bastaban unas horas para viajar a las pirámides egipcias, a las cataratas del Niágara, a la torre Eiffel...., allí hasta donde el radio de su mente llegara.
Lo que aquel chico no sabía es que sería el autor de "El cuaderno de viajes".
Una mañana de octubre, Tiffany le llevó el desayuno y un regalo bajo el brazo.
-Hola Tiff. ¿A qué no sabes a donde he viajado esta noche?...
-Shh… Hoy me gustaría ser yo quien hablara primero.
Dejó la bandeja en la mesita y se sentó en la cama, frente a él, escondiendo el presente.
-¿Recuerdas aquello que me dijistes el otro día? Que acabarías olvidándote de tus sueños…, perdon, de tus viajes.
-Sí. ¿Por qué lo dices?
-Porque te he traído algo.
Tiffany sacó el paquete y se lo dejó encima de la tripa.
-Oh, no tenías porque hacerlo... Sabes que no me gustan los juguetes; ya tengo once años.
-No es un juguete. Vamos, ábrelo.
Simón desenvolvió el regalo a toda prisa. Sonrió al verlo: era un cuaderno de notas. En la primero página estaba escrito "El cuaderno de sueños".
-¿Tienes un boli?
-¿Ya vas a empezar a escribir? –se rió Tíffany al prestarle el bolígrado.
Simón tachó la palabra “sueños” y la sustituyó por "viajes".
Aquel día, como ningún otro, Simón estaba ansioso por irse a dormir. Soñó que se encontraba en un bosque frondoso. Entre las ramas apreció los haces de pequeños rayos de sol. Escuchó el fluir de un arroyo. Se enamoró de aquel paisaje.
-¡Simón ven a comer! -gritó una voz familiar.
Se trataba de su madre. Junto a ella estaban su padre y sus hermanos.
Aunque Simón estaba dormido, una lágrima resbaló porr su mejilla. Apenas se despertó, narró en su cuaderno aquel maravilloso sueño.
En el junio de 2017, Simón falleció. Bajo su colchón descubrieron su amado cuarderno.
Una editorial compró aquellos textos. Poco después, “El cuaderno de viajes” se podía encontrar en todas las librerías. No había ni un sólo niño que no gozase con su lectura. Los sueños de Simón conmovían al mundo.
La última frase del cuaderno decía así: <<Convierte tus sueños en viajes>>.