IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

El misterio del folio en blanco

Gema Sancho-Miñana, 15 años

                  Colegio Vilavella (Valencia)  

Me vi sorprendida, mirando cómo el papel en blanco empezaba a llenarse de letras, palabras, frases, párrafos, textos... Al cabo de unos minutos, comprendí que ese papel guardaba una historia que podría contarse durante toda la vida.

Me encontraba en mi habitación, con el ordenador sobre la mesa, trabajando esta reflexión, cuando caí en la cuenta de que ahora era yo la que estaba transformando una página en blanco.

Aparté la computadora, eché la cabeza hacia atrás y me puse a reflexionar... ¿Qué es un folio? A fin de cuentas, un folio en blanco tan solo es una derivación de la madera. Los hay de diferentes tamaños, pero a mí no me interesaba darle vueltas al folio en blanco como tal. Quería profundizar acerca de las páginas llenas de letras. ¿Cómo llegaban a formarse, a quedarse ahí, sin desaparecer? Claro, se necesita una pluma, tinta, cualquier objeto con el que poder darle vida al papel, un utensilio humilde, un bolígrafo como el que cualquiera puede llevar en el interior del bolso, en una mochila, en un estuche, en el bolsillo de la camisa… Un objeto tan humilde y tan importante a la vez.

Decidí colorear un folio para que albergara una historia. Pero una vez tuve la pluma en la mano y el papel sobre la mesa, éste seguía en blanco. ¿Qué es lo que fallaba? ¿Acaso necesitaba otro elemento que sin querer había pasado por alto? Ya lo creo... El más importante de todos, por más que sea intangible. Precisaba de mi imaginación, una imaginación rica, para poder vestir un folio desnudo con las más bonitas y sorprendentes telas, que se fabrican con el hilo de las palabras.

Tan solo tres elementos fáciles de obtener: un papel, una pluma y mis ideas, las mismas que me han llevado a analizar el misterio del folio en blanco.