IX Edición
Curso 2012 - 2013
El señor bueno
Roberto Gesteira, 14 años
Colegio El Prado (Madrid)
Cuando Colin divisó el edificio iluminado hasta en las bajantes exteriores, comprendió qué tenía que hacer. Cogió sus armas y subió al tejado, dispuesto a matar a cualquier necio que quisiera enfrentarse cara a cara con el mayor terrorista del mundo.
Nada más entrar, vio lo imprevisible: seis o siete enfermos mentales acabando de colorear un cartel sobre aquella época del año. Imaginad la escena: un ex boina verde armado hasta las pestañas y un montón de minusválidos que, al verle, quisieron jugar con él.
—¡Tenemos visita! —gritó uno de ellos.
—No… Si yo ya me iba —dijo Colin.
—¿Quién anda ahí a estas horas? —preguntó la que parecía ser la encargada de la residencia.
—¡Es un señor malo! —chillaron asustados.
—¡Silencio! Ya podéis bajar las manos… No os haré daño. Quiero deciros que por ir vestido como voy, no significa que sea un señor malo —se excusó el terrorista.
—Es un señor bueno —corrigieron alegremente.
—Pero, señor bueno, ¿sabe usted qué día es hoy? —le preguntó la jefa a Colin.
—No. Desconozco qué año es ni cuántos años tengo. No tengo familia… —rompió a llorar.
—No se preocupe. Relájese. Siempre puede contar con un hueco en nuestra residencia —la encargada consoló a Colin mientras éste seguía llorando—. A ver, Álvaro, dígale a nuestro paciente número 713 qué día es hoy.
—Me gustan los perros —contestó convencido Álvaro.
—No, es Navidad —le corrigió la paciente 148.
—¡Exacto! Muy bien, Anabel, vas mejorando.
—Navidad… ¿A qué me suena ese nombre? —El terrorista se metió en su mente negra— ¡Ah! Ya sé… Cuando asesiné a toda mi familia, el año pasado, mi madre dijo que era Navidad justo antes de morir.
-¿Te encuentras bien? –inquirió la jefa de planta.
-He sido un señor malo durante toda mi vida –lloriqueó-. Esto no puede seguir así.
—¡Venga amigos, vayamos y celebremos este día como si solo hubiera uno! —exclamó el señor bueno.
Y el terrorista caminó en grupo hacia el comedor.