IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

Guía práctica para el viajero
de sueños novato

Sara Yin, 16 años

                  Colegio Iale (Valencia)  

1-Introducción al sueño verdadero

El mundo de los sueños es un lugar complejo. Únicamente un soñador experto (que no experimentado, ojo) es capaz de desentrañar sus rincones mejor escondidos, submundos y laberintos más allá de todo lo que se relaciona con el mundo real. Si usted es uno de los afortunados que ha logrado cruzar la línea que separa el verdadero sueño del recuerdo ordinario y distorsionado, necesitará esta práctica guía.

Antes de iniciar este sueño, no fuerce la mente: relájese. Sólo tiene que tomar el control del sueño y tratar de permanecer atento a las aves azules. No es fácil encontrarlas pero ahí están, viajando siempre en la misma dirección. Sígalas.

La primera vez que entre en contacto con el “verdadero mundo de los sueños”, descubrirá un abismo que le parecerá, en apariencia, un reto imposible. Todos los que cruzan la línea deben dominar su conciencia (lo que comúnmente llamamos “un sueño lúcido”), por lo que no es difícil recordar o pensar con claridad. Gracias a ese autodominio, podrá memorizar estas palabras: “No calcule, no formule, no piense. Simplemente crea”.

No es difícil moldear los sueños. Sólo necesita saber que se puede hacer, desearlo, pues ni la Física ni ninguna otra ciencia tienen cabida aquí. Una vez haya cruzado el camino de esponjosas nubes, habrá completado el primer reto y podrá entonces pasar al capítulo 2.

Si no lo logra no se desespere. Pero recuerde: ha llegado el momento de creer.

2-Aprendiendo a abrir puertas

Una vez haya cruzado el camino de nubes, tendrá ante usted una plaza con 25 puertas numeradas. No se escandalice, pues detrás de cada puerta encontrará un pequeño mundo repleto de todo tipo de sorpresas (tanto deliciosas como desagradables) que le harán caer de bruces.

Igual que todo viajero novel, su primer movimiento consistirá en abrir la puerta número 25, que le parecerá diseñada para guiarle al Paraíso. No se equivoque, pues esa es la salida que le llevará de vuelta al mundo real, acompañado de la humillación y de las carcajadas de los demás viajeros.

He de mencionar que aunque todos los caminos de entrada son individuales, la plaza del sueño es comunitaria. Ni todas las personas son viajeras ni todos los viajeros exploran a la vez. Aun así, no le extrañe que la plaza esté siempre llena.

Volvamos a la puerta 25: conviene que sepa que nadie sale por ella, excepto los novatos. La mayoría de los viajeros se despierta de forma natural; ni siquiera sirve como salida de emergencia para los madrugadores porque para ellos se han inventado los despertadores. No sea tonto y no se ridiculice a propósito… ¡Usted está leyendo esta magnífica guía!

Empiece por la puerta 1, una puerta de apariencia normal y corriente pero ideal para un iniciado como usted. Un clásico bosque de cuento de hadas le aguarda al otro lado, en el que puede decidir quedarse y rememorar sus cuentos infantiles, inventar finales distintos, conocer a los enanitos de Blancanieves... y hasta adentrarse en el bosque y dejar que una mágica naturaleza le sorprenda.

Uno de mis lugares favoritos en este mundo, es el Valle de las Musas. Lo encontrará al meterse bajo el Puente de Lavanda, que lo podrá ver desde la entrada. No tenga miedo a mojarse y abra la portezuela del lado que hay bajo el puente, justo sobre su cabeza. De nuevo, debo insistir en que ha de creer y dar un salto muy alto hacia el interior de la entrada, tras el cual habrá caído en el Valle de las Musas sin un solo rasguño.

A estas alturas, aunque habrá dejado de sorprenderse, espero que este sitio no le deje indiferente. Verá a esas hermosas damas, que estarán sentadas o bailando sobre el pasto, quizá susurrando al oído de algún artista. Seis son las musas que conviven en este mundo, alimentándose de las creaciones de los hombres, en cuyas mentes siembran la inspiración. No tema pedirles ayuda, pues a ellas les hará un enorme favor. Para salir, sólo tendrá que volver al árbol del que salió. Sí, habrá salido de un árbol. Un roble, para más señas.

Siga explorando este pequeño universo o pase al capítulo 3, en done descubrirá nuevas maravillas oníricas.

Nota a pie de página: Procure no explorar terrenos oscuros. Si bien no puede morir en el mundo de los sueños, el impacto mental que causan no se borra con facilidad.