IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

Hipotenusa

Melisenta Panasko, 15 años

                 Colegio Cardenal Spínola (Barcelona)  

He logrado distinguir una relación directa entre el teorema de Tales y una pequeña toma filosófica que me gustaría traspasar al papel.

Estoy hablando de una relación de similitud entre dos triángulos. En el caso del problema planteado, supongamos que si sólo conocemos la medida de uno de los catetos de un triángulo rectángulo, no podríamos aplicar el fácil, rápido y predecible teorema de Pitágoras. Entonces accedemos a la siguiente manera de conocer la hipotenusa del triángulo, que se ha convertido en nuestro objetivo: aplicamos el teorema de Tales, una relación proporcional de similitud. Es decir, nos inventamos un triángulo equilátero hipotético, del cual cogemos la mitad, proporcionándonos así un triángulo rectángulo con medidas hipotéticas algébricas similar a nuestro triángulo inicial.

A partir de entonces, mediante unos cálculos sencillos podemos descubrir la medida exacta de la hipotenusa de nuestro triángulo inicial.

Después de esta somera explicación, me atreveré a comparar metafóricamente varios elementos. Imaginemos que el triángulo inicial somos tú o yo, y el triángulo hipotético la persona a la que hemos decidido amar. Entonces, el triángulo rectángulo hipotético son las cualidades que posee dicha persona, y las medidas incógnitas son nuestras metas y misiones a lo largo de toda la vida; sólo conociéndolas y habiéndolas llevado a cabo, podremos descubrirnos a nosotros mismos.

Dicho de otro modo, el teorema de Tales es el medio por el que amamos.

Incluso podría efectuar una comparación aún más atrevida: el ser humano es como un triángulo. Nacemos y nos desarrollamos al tiempo que conocemos una parte de nosotros mismos (primer cateto); pasamos a conocer la razón de nuestra existencia, objetivo vital (hipotenusa), mediante el camino del amor (Tales), para concluir con un descubrimiento personal e íntimo, la última de todas las medidas (segundo cateto), gracias a la que nos acabamos conociendo plenamente. De este modo, habremos cumplido todos nuestros propósitos.