IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

Houston, tenemos
un problema

Cristina Rodríguez del Toro, 14 años

                 Colegio Altozano (Alicante)  

Cuando entramos al colegio queremos ser astronautas; cuando salimos, aspiramos a colocarnos de funcionarios. Houston, tenemos un problema...

He leído que esto es lo normal, ya que durante los años escolares aprendemos materias nuevas que nos terminan por conquistar, pero también he leído que la pobreza de horizontes es consecuencia de nuestro sistema educativo. Sinceramente, no sé por qué opción decantarme. Busquemos los pros y contras...

Por una parte, la educación nos hace realistas, nos enseña a pensar y a tener en cuenta las vicisitudes del futuro. Pero, en realidad, ¿es bueno pensar en el futuro? Aunque digamos que sí, es mejor pensar en el mañana como una incógnita para la que no tenemos todo el gobierno.

Cuando entramos al colegio, queríamos ser astronautas, bailarinas, arqueólogos y hasta princesas, una variedad de posibilidades que ahora consideramos “cosas de niños”. Puede que fuera consecuencia de la imaginación, que de pequeños nos sobraba. Sin embargo, qué hicimos con toda aquella imaginación… No nos la han quitado ni se ha consumido, simplemente se esconde, la hemos olvidado, hemos dejad de invocarla… Por eso decía que no es bueno centrarse constantemente en el futuro, porque de tanto pensarlo lo reducimos a aferrarnos a unos simples conocimientos que nos harán tener un trabajo, fama y, sobre todo y que no falte, dinero.

Qué pena haber despreciado los sueños, el miedo a tirarnos a la piscina… Tal vez carguemos con el error el resto de la vida.

Pero hay otras personas a las que suelo calificar de “pequeños héroes”: han perseguido sus sueños cual gato a un ratón, dándose de bruces con miles de trabas y, aún así, han seguido adelante. No abandonaron su imaginación para lograr ejercer lo que de verdad querían. Y, claro, han necesitado esfuerzo y un buen sistema educativo.

Puede que tengamos que cambiar de metas a lo largo de los años, o que tengamos un problema en nuestro sistema educativo, pero la decisión de seguir nuestros sueños o de aferrarnos a un futuro sin demasiados alicientes, es nuestra.