XIX Edición

Curso 2022 - 2023

Alejandro Quintana

Mi familia 

 Ainhoa Estévez, 15 años

Colegio Altozano (Alicante)

Me gusta bucear en la historia de mi familia, pues creo que guarda las respuestas a muchas de las preguntas que tienen que ver con el milagro de mi vida. Como escritora, además, estoy convencida de que es en las líneas de mi sangre donde se esconden las mejores historias para ser narradas. Me basta sentarme un rato y pensar en mis padres, en mis abuelos, en mis bisabuelos… Cada uno de ellos es protagonista de un montón de hazañas a un lado y otro del Océano.

Mi abuelo paterno es gallego y mi abuela paterna, paraguaya. Por aquel tiempo era un milagro que alguien que hubiera nacido en un extremo del mundo, conociera, se enamorara y se casara con una persona del extremo opuesto. Ambos viajaron a Argentina por asuntos familiares y coincidieron en el mismo hotel, donde mi abuelo empezó a cortejarla con cartas de amor. Cincuenta y cuatro años después siguen juntos, y cuando los veo en Orihuela (Alicante), a media hora de mi casa, en donde viven, rememoran aquello que vivieron juntos desde su juventud.

Mis abuelos maternos se conocieron en un pequeño pueblo de Ciudad Real. También se mandaban cartas para conquistarse el uno al otro. Ellos viven en Madrid. Que estén tan lejos no me permite visitarlos con la frecuencia que quisiera, pero tengo la oportunidad de llamarlos y que me cuenten sus experiencias.

Mis padres se quieren, lo que nos da mucha estabilidad a mí y a mis dos hermanos, un chico y una chica (yo soy la de en medio). Todos nacimos en Madrid, excepto mi padre, que es natural de Buenos Aires. Me asombra las vueltas que da la vida: él se marchó de la capital argentina en busca de un trabajo en Alicante. Tiempo después, viajó a Madrid, en donde conoció a una mujer que le encandiló, mi madre. Y siguen juntos y enamorados después de diecinueve años de matrimonio.

Doy gracias por pertenecer a esta familia, el tesoro más preciado que tengo.