IX Edición
Curso 2012 - 2013
Mi interpretación del mundo
Irene García, 16 años
Colegio Senara (Madrid)
<<No existen hechos, sólo interpretaciones>>. Friedrich Nietzsche me hace pensar algo que estudié en Filosofía: que la manera de interpretar la realidad varía según sea la persona que la observa. Las acciones de los demás, buenas o malas, sus opiniones, su comportamiento, se interpreta de manera diferente según sea la persona que juzga. Depende también de la situación en la que esa persona se encuentre. Por eso, nuestros juicios sobre los demás pueden ayudarnos a distinguir las acciones buenas de aquellas que son malas, pero también puede hacernos caer en el error del prejuicio.
El mundo está repleto de guerras, de personas que hacen daño a sus amigos, a su familia o a desconocidos. Sé que son grandes problemas, pero me gusta pensar que la vida también está llena de detalles pequeños y amables que deben centrar nuestra atención. Es más agradable recordar a aquellos que han llevado a cabo buenas acciones, ayudado a los demás, trabajado día a día y cuidado de sus seres queridos.
Es decir, mi interpretación del mundo no se detiene únicamente en observar lo malo sino en contar con esas pequeñas cosas que nos hacen felices: un niño que le da un beso a su madre, dos amigos que se han reconciliado, un hombre que ama a su mujer y a sus hijos, los recuerdos plasmados en fotografías que nos traen a la memoria instantes felices, el consuelo de disfrutar del apoyo de la gente que nos quiere, la alegría de charlar con aquella persona a la que echabas de menos…
Benjamin Franklin decía: <<La felicidad no se mide con grandes golpes de suerte, sino con los pequeños detalles del día a día>>.
Me llena de felicidad pensar en las cosas bonitas que nos rodean. Gracias a ellas, hasta lo más difícil se me hace fácil. Por eso necesitamos centrar nuestra atención en lo bella que es la vida, en el bien que podemos hacer a los demás al ofrecerles un poco más cada día. Para llevar a cabo esta tarea sólo necesitamos buscar el bien. Nuestros actos nos definen: ellos harán que muchas personas, al recordarnos, esbocen una sonrisa.