XIX Edición
Curso 2022 - 2023
Ucrania bien merece
la verdad
Pablo Vidal, 17 años
Colegio Tabladilla (Sevilla)
Cuando trazo estas líneas, se cumplen nueve meses del comienzo de la guerra de Ucrania. Para algunos será una revelación que siga activo aquel conflicto que escucharon hace tiempo; que en un lugar remoto de nuestro continente haya <<jóvenes que ni se conocen ni se odian, luchando por dos viejos que se conocen y se odian>>.
Quizás nuestro paulatino olvido sea culpa de los medios de comunicación, debido al poco espacio que dedican a la ocupación rusa en comparación con su modo de actuar durante los primeros meses de la guerra, lo que demuestra nuestro sometimiento al capricho de la información. Quizás, como testigos del conflicto, hemos ingerido demasiada propaganda, noticias y conclusiones que luego hemos sacado en nuestras conversaciones como si fueran propias. ¿Quién no ha participado de una discusión artificial, en la que los argumentos parecían más titulares de portada que reflexiones individuales?
Nadie está a salvo de verse engañado, pero deberíamos ser más escépticos con aquello que se nos cuenta como cierto. Se trata de tener espíritu crítico y el deseo de encontrar la verdad. A veces, hablar de determinados asuntos significa aceptar como buenas opiniones sesgadas que hemos extraído de nuestras fuentes de información. Hay que escuchar al emisor sin sesgos ni prejuicios, pero cuestionándonos razonadamente aquello que nos cuenta, sin tomar como dogmas lo que son meras opiniones. Quizá no siempre encontremos la verdad, pero de ese modo estaremos cada vez más cerca de hallarla.
A quienes vivimos en el siglo XXI, revisar y contrastar las noticias nos supone un esfuerzo ínfimo comparado al que tuvieron que realizar aquellos que quisieron informarse en épocas pasadas. Nicolás Copérnico, Leonardo Da Vinci o Albert Einstein buscaron la verdad con menos medios de los que disponemos hoy. Fue su incombustible empeño lo que los convirtió en artífices de la civilización moderna. Además, allanaron el camino del saber a otras generaciones. Por tanto, hagamos lo mismo, seamos peregrinos de la verdad, cuestionándonos, en estos tristes meses, la información que nos llega de la guerra.