IX Edición

Curso 2012 - 2013

Alejandro Quintana

Volveré

Miguel Jiménez de Cisneros, 15 años

                 Colegio Tabladilla (Sevilla)  

No se definía a sí mismo como un chico normal y corriente, a pesar de que hacía cosas dignas de tan común término. Se autodenominaba como <<un chico distinto>>, que no superior. Leía la prensa, hablaba de política, aprendía Historia, chapurreaba varios idiomas…, cosas no tan comunes en una sociedad que busca el máximo beneficio al mínimo esfuerzo. Gustaba de pasear solo por su ciudad, con su abuelo, con sus amigos y con su novia.

Amaba a su patria, tan atacada en diversos ambientes. Definía aquella defensa como un deber moral. Y su novia era la persona con la que se entendía a la perfección. Sus amigos, personas valientes y leales. Su familia, un bien impagable. Su ambiente, el mundo donde debía actuar.

Estudiaba durante las mañanas de los sábados. También hacía deporte y pasaba un rato con sus amigos. Por la tarde iba a Misa con su novia y después salían por la ciudad. El domingo lo pasaba junto a su familia.

Su vida transcurría con calma. Pero un día la paz quedó truncada: la invasión de su país trajo como consecuencia su detención inmediata. El motivo, sus creencias religiosas. Marchó preso pero sonriente, junto a aquellos dos soldados. Las palabras que pronunció a su familia, a sus amigos y a su novia fueron: <<No os desaniméis, porque volveré>>.

Años más tarde, liberada su nación, regresó. Le esperaban todos, excepto su padre, al que nunca más volvió a ver.

Cuando le preguntaron cómo había soportado tantos tormentos, contestó: <<Fue la fe la que me hizo sobrevivir. Otros aguantaron gracias al odio; yo opté por perdonar>>.